Billete de $5.000: Muerte antes de nacer
Integrantes del equipo económico aseguraron que "no hay fecha" para la emisión de este billete. Y que "muy probablemente" no se imprima en los dos años que quedan del actual mandato de Alberto Fernández.
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A pesar de que el billete de más alta denominación, $1.000, ya queda chico frente a una inflación que supera el 40%, desde el equipo económico se supo que no habrá billete de $5000 alguno. Por lo menos, en los próximos dos años que faltan de gestión.
Desde la primera emisión del billete de $1.000 (diciembre 2017), la inflación en la Argentina supera el 300%.
La explicación que dieron fue que prefieren seguir desarrollando el dinero electrónico digital, a imprimir nuevos billetes.
"La idea de un billete de $5.000 había surgido a comienzos de la gestión de Alberto Fernández. Trascendió incluso que ya estaban seleccionados los personajes para el dorso y el anverso del billete. Pero la posibilidad se desechó apenas el proyecto trascendió públicamente".
El billete protagonista de nuestro post, estaba muy avanzado: durante el 2020, ya se habría comprado el papel y las tintas -algo en lo que el Estado puso alrededor de nueve millones de dólares-, estaba terminado su diseño, definidas cuáles serían sus medidas de seguridad y el cronograma de entrega.
La primera partida habría estado en manos del organismo pertinente, a mediados de junio 2020.
Todo comenzó el jueves 16 de abril de 2020, cuando el directorio del Banco Central aprobó la creación del nuevo billete de $5000 a través de la resolución 158. Al día siguiente, la entidad le envió instrucciones a Casa de Moneda, una sociedad del Estado a cargo del exgobernador de Mendoza, el peronista Rodolfo Gabrielli, para que le pasara un presupuesto y pusiese en marcha los trámites con vistas a la provisión de los insumos necesarios.
Pero todo quedó en la nada. Aparentemente.
La intención de la entidad monetaria era lanzar la nueva denominación a mitad de año 2020, pero hubo una "contraorden política" para frenar la puesta en circulación.
En el pasado, la vicepresidente fue reacia a aumentar la denominación de los billetes bajo el argumento tácito de que evidenciaban la inflación y empeoraban la expectativa de aumento de precios.
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