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Sin dudas, el mercado de los seguros de vida, fue uno de los grandes "ganadores" de la economía durante la pandemia: las familias tomaron   consciencia sobre la letalidad de la enfermedad -que ya dejó más de 10o.000 fallecimientos sobre casi cinco millones de contagiados-.

Este  crecimiento explosivo en los seguros de vida, comenzó el año pasado, ni bien llegó el virus al país. Los agentes del sector empezaron a notar un mayor nivel de consultas respecto del nivel de cobertura que ofrecían los seguros tradicionales y si había algún tipo de protección específica por esta contingencia.

La verdad es que varios de los seguros tradicionales,  sí incluyen la situación de fallecimiento por covid: en el sector se empezó a notar una mayor curiosidad respecto de un tratamiento específico, así como una mayor demanda por parte de personas que no estaban en el público "natural" de este producto (los padres con hijos menores de edad).

Una de las razones principales que preocupan a las familias, es que, en un caso de fallecimiento, a  los costos iniciales poco felices vinculados a los servicios fúnebres, se le suman luego los compromisos financieros asumidos y hasta sucesiones que deban comenzar a tramitarse de los bienes del familiar fallecido. En esos casos, la cobertura de seguro permite hacer frente a estas erogaciones sin implicar los patrimonios de los familiares.

No menos importante es la razón impositiva: este tipo de seguros de personas, son deducibles del impuesto a las ganancias, lo cual lo hace aún más necesario.

Claro que lo que posibilitó el crecimiento explosivo de esta cobertura tiene que ver no sólo con el incremento de las estadísticas de fallecimientos, sino también con ciertas condiciones financieras relacionadas con la coyuntura argentina: el primero es que se ofrece la posibilidad de seguro con ahorro, que implica la posibilidad del retiro de parte del capital aportado una vez pasada la alarma sanitaria.

Más relevante aún en estos tiempos, las coberturas incluyen una cláusula de actualización  en los montos asegurados, de manera que hay una cobertura contra la inflación por parte del cliente.

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