¿Cómo nos ve el mundo? Nuestros productos son ¿caros o baratos?
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Un informe recientemente difundido por la Fundación Mediterránea, compara precios de productos argentinos con otros catorce países, sobre todo, los de la canasta familiar.
Turistas de todo el mundo, llegan a diario a nuestro país, por un "dólar regalado". Ellos se encuentran con alguna que otra sorpresita, en medio de la confusión y desconcierto del concubinato entre el dólar oficial y el blue.
"La comparación para abril 2022 arroja que de un total de 224 precios relevados (15 países y 16 productos) los precios en Argentina son más caros en un 24,6% de los casos".
Como el informe comprende datos internacionales, los importes están expresados en dólares. En el caso de los alimentos, la conclusión a la que llega el reporte es que algunos básicos, como la carne, el pan y la leche, están entre los más baratos a nivel global.
Se estima que un kilo de carne vacuna en Argentina cuesta 6,6 dólares (a tipo de cambio oficial) y no hay ningún país entre los 15 relevados donde el valor sea superior.
Lo mismo sucede con el pan blanco (500 gramos), cotizado en un dólar a nivel local; y con la leche, que está a 80 centavos de dólar el litro.
Medido a valor blue, esa diferencia es mucho más grande. Por ejemplo, en la carne, en todos los países se pagaría como mínimo el triple de lo que se paga en Argentina, mientras que en la leche, no menos del doble.
Entre los productos más baratos también se encuentran las manzanas, cigarrillos, alquileres, combustible y tarifa del transporte público. Vale recordar que los dos últimos se encuentran regulados por el estado nacional.
En los rankings en dólares al tipo de cambio oficial, los productos más caros en la Argentina son las zapatillas deportivas, que aparecen en la posición 11 en el ranking de productos caros, seguidas de los automóviles (posición 14) y los vestidos (25), seguidos por agua embotellada (45) (???????)(De veras? Tenemos más cara el agua embotellada?).
Nota del autor: No estoy de acuerdo con el dato de los vestidos. Cada vez que aparece en mi Facebook, propaganda para comprar vestidos on line (divinos), de países extranjeros, me quiero matar. Inancanzables.
Salvo una sola vez, que vi la foto de una camisa de mujer, espectacular, re barato y lo compré. No advertí la procedencia. Era chinito. Tardó seis meses en llegar. Ya era invierno. Camisa de manga corta. Cuando la vi se me pararon los pelos. Ahí quedó. Sin estrenar dentro del armario, recordándome a dario, mi estupidez.
Pero bueno. Para aprender hay que pagar.