Cuando un socio se fue y la empresa nunca volvió a ser la misma
Cuando un socio se fue, la empresa quedó atrapada entre juicios y herederos sin experiencia. Nunca volvió a ser la misma. Un seguro societario evita conflictos y asegura continuidad.

Foto de Nathan Dumlao en Unsplash
En el inicio todo era entusiasmo.
Tres amigos fundaron una pyme de logística que empezó a crecer con esfuerzo y compromiso. Cada uno tenía un rol clave: administración, comercial y operaciones.
Pero un día, uno de ellos falleció de forma repentina.
Su lugar en la sociedad pasó automáticamente a sus herederos: su esposa y dos hijos.
Ellos no tenían experiencia en el rubro, ni interés en trabajar en la empresa. Querían “cobrar su parte” y nada más.
Los dos socios sobrevivientes se vieron obligados a negociar, a veces con abogados de por medio.
El resultado:
- Juicios de división de bienes.
- Discusiones interminables que frenaron el crecimiento.
- Clientes que se fueron en busca de proveedores más estables.
Lo que había nacido con ilusión terminó en una pesadilla.
La empresa nunca volvió a ser la misma.
Todo ésto podría haberse evitado con un seguro societario.
Un acuerdo que fija reglas claras: si un socio se va, la empresa recibe liquidez para pagar su parte, los herederos son compensados y la compañía sigue funcionando.
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