El Estado aún no termina de pagar el primer pago extraordinario de $10.000 (IFES), pero ya se prepara para la segunda ronda.

Entre abril y mayo,  se distribuyó el  IFE,  que fue creado como ayuda económica en medio de la pandemia de coronavirus COVID-19 y que fue dirigido a monotributistas de las categorías más bajas, trabajadores informales y otros sectores vulnerables afectados por el parate de la economía.

Ya fue confirmado un refuerzo de ese bono que se empezará a pagar en junio, aunque el monto en esta segunda oportunidad todavía no fue definido.

El pago, en principio,  está previsto para después del 3 de junio, cuando se termina de pagar la primera ronda del IFE.

El Anses aclaró que no es necesario volver a solicitar el beneficio para cobrar el refuerzo del IFE. En principio, sería para aquellos que o bien ya resultaron beneficiados con el primer bono extraordinario o están tramitando la corrección de sus datos personales para poder acceder al mismo.

El universo de beneficiarios, originalmente estimado en 3,6 millones de hogares, creció hasta acercarse a cerca de los 8,3 millones y podría llegar a un número aún más alto.

La Anses, mientras tanto, revisa los casos de quienes hasta el 21 de mayo pidieron revisar sus situaciones a través de la página web de la entidad. Cerca de medio millón de potenciales beneficiarios que fueron rechazados para cobrar el IFE presentaron enmiendas a su documentación personal (un caso típico es el de una pareja separada que no actualizó los datos de domicilio, ya que el bono se otorga a hogares y no a personas).

Ese trámite estuvo vigente hasta el 21 de mayo en la web del organismo, en base a un cronograma organizado alrededor del último número del DNI. Desde entonces, la opción de reclamar por el cobro del IFE desapareció del portal. Ahora, ante cualquier consulta, los beneficiarios sólo tienen la alternativa de llamar al 130.

La intención oficial es que el nuevo cronograma sea “más corto”, luego de que el pago del primer desembolso se extendiera a lo largo de 8 semanas dadas las dificultades que se generaron para alcanzar a un universo de 8,2 millones de personas que en muchos casos no tenían cuenta bancaria.