Nuestra calificación: Buenísima. 

Al principio me costó engancharme. Odio ver pelis que me ponen triste, sobre todo, en cuarentena.

Pero por suerte me dejé llevar. No solo me atrapó el hecho de que está basada en una historia real, sino que puedan exisitir creencias tan extremas en pleno siglo XXI.

La cuestión es que, al mejor estilo musulmán extremo, la religión judía ortodoxa también practica los matrimonios arreglados por los padres, entre sus hijos adolescentes.

La protagonista sueña con encontrar el verdadero amor y vivir libre. Pero tiene una odisea que superar y esa es la trama de la peli.

La rigurasidad religiosa me dejó atónita.

“La de Poco ortodoxa es una historia hermosa, muy singular, que muestra dos lados. No es una historia sobre la existencia de Dios ni nada parecido. Es, en todo caso, sobre el derecho de tener voz propia”, señaló Haas (la acriz protagónica), cuyo abuelo también fue un sobreviviente de Auschwitz.