¿Qué vemos este finde?
Aunque el tema del espionaje está más gastado que billete de $500 en Argentina, sobre todo en el cine inglés, esta serie me sorprendió. Arranqué a verla sin muchas ganas—porque, la verdad, ya me tiene cansada el asunto—pero, a los pocos minutos, estaba completamente enganchada.
La trama es un quilombo al principio, difícil de seguir, pero después se acomoda y vale la pena. Te sugiero que antes de darle play, vayas al baño, te traigas una chevecha bien fría, unos Doritos y te asegures de que nadie te moleste. Porque posta, si te distraés un segundo, te perdiste.
Lo que la hace distinta no es el clásico jueguito de espías rusos, chinos, iraníes y yankees, donde los americanos siempre se llevan el Oscar a los más vivos. No. Acá el foco está puesto en algo mucho más interesante: la locura psicológica que enfrentan los agentes reales, esos que pasan años haciéndose pasar por otras personas hasta que, un día, ya ni saben quiénes son.
El elenco es una bomba. Richard Gere, impecable como siempre. Y el protagonista, Michael Fassbender… se roba la serie. Está demacrado, flaquísimo, pero igual te deja clavado en el sillón.
Si te copan las historias de espías pero querés algo con un giro diferente, ésta es tu serie. No es solo acción y conspiraciones, sino que te mete de lleno en la cabeza de los agentes, mostrándote el precio real de vivir una vida que no es la tuya.
Impacta también la actuación de Jodie Turner-Smith, una modelo y ahora actriz, británica, que porta una belleza notable.
George Clooney es el productor ejecutivo.
Imperdible.