Creado por Sam Altam, el visionario detrás de ChatGPT, Worldcoin emerge como la vanguardia de una "renta universal", recompensando a las personas por el mero acto de existir mediante un escaneo inviolable del iris, una parte ocular intrínsecamente imposible de replicar debido a su complejidad.

En sus inicios, el proyecto desató una fiebre de registros con su "bono génesis", obsequiando a los participantes 25 unidades de la criptomoneda oficial, WLD, más una bonificación de bienvenida. Con cada token valuado en aproximadamente u$s4,20, la posibilidad de obtener instantáneamente u$s110 generó un frenesí, especialmente en Argentina, donde dicha suma equivale al ingreso de dos semanas de trabajo en algunos casos.

Este fenómeno desencadenó largas colas en centros comerciales, conflictos con "coleros" y la aparición de revendedores de "cupos", muchos de los cuales desconocían por completo el ecosistema y se registraban únicamente por los tokens ofrecidos. A medida que la atención de expertos y autoridades crecía, abogados presentaron denuncias contra la empresa de Sam Altman, exigiendo la suspensión de los registros. A pesar de ello, la proliferación de centros de escaneo de iris en esquinas y lugares públicos de las principales ciudades argentinas, persiste.

A pesar de los pronósticos iniciales que anticipaban la efímera existencia del token debido a la falta de demanda real, Worldcoin ha demostrado ser un rotundo éxito. Aunque experimentó algunas caídas iniciales, su valor se ha recuperado, cotizando a u$s4,20 al cierre de esta edición.

Muchos inversionistas la compran con la esperanza de que valga más en el futuro, permitiendo su valorización.

Pero, no hay que dejar de advertir que hay cuestiones aún libradas al "azar":  la eventual aprobación de una ley conjunta entre varios países para la protección de esos datos, lo que haría que la moneda se desplome.

Worldcoin viene a acompañar a la inteligencia artificial.-

Jolivet Grupo Financiero