Exactamente, ¿qué es Silicon Valley?
Dinamarca: Embajador extranjero del mundo para la industria de las tecnologías de la información y la comunicación.
Silicon Valley, California, EE. UU.
Silicon Valley (también conocido como Valle del Silicio) es el nombre que recibe la zona sur del Área de la Bahía de San Francisco, en el norte de California, Estados Unidos.
El término Silicon Valley fue acuñado por el periodista Don C. Hoefler en 1971. Silicon (Silicio), alude a la alta concentración de industrias en la zona, relacionadas con los semiconductores y las computadoras; Valley se refiere al Valle de Santa Clara, aunque se podría también aplicar a los alrededores, a ambos lados de la bahía, hacia los que muchas de estas industrias se han expandido.
Durante muchos años de la década de los 70 y 80 se le llamó incorrectamente Silicone. Todavía hoy se sigue traduciendo incorrectamente como “Valle de la Silicona”.
Actualmente se ha hecho famoso entre todos nosotros, debido a que allí tienen sus bases de operaciones, los tres más grandes gigantes de la tecnología: Apple, Google y Amazon.
El poder de estas empresas es tan inmenso, que plantea un desafío para las naciones que tratan con ellas, y da lugar a planteos innovadores, como el de Dinamarca. El país escandinavo designó en 2017 a Casper Klynge, un diplomático de 46 años y de carrera, que pasó como el primer embajador extranjero del mundo para la industria de las tecnologías de la información y la comunicación.
La justificación para crear este nuevo cargo es concreta: estas empresas pasaron a convertirse en actores de hecho en la política exterior, como lo demuestran la difusión en redes sociales de contenido controversial en términos políticos (el escándalo de Facebook).
Dinamarca no está sola en esta iniciativa, aunque por ahora es el único país que tiene un embajador en el Silicon Valley. Por ejemplo, Francia creó un puesto de embajador para asuntos digitales, y Australia, el Reino Unido y Alemania, entre otros, añadieron publicaciones centradas en la tecnología, con frecuencia como una ayuda para facilitar el comercio y las inversiones.
Klynge, (este embajador tecnológico dinamarqués) tiene un equipo de once personas, siete en California, tres en Dinamarca y una en China. Su oficina está en Palo Alto, California, cerca de las oficinas centrales de muchas empresas de tecnología.
Este grupo de trabajo envía mensajes de inteligencia a los funcionarios en Copenhague sobre lo que sucede dentro de las empresas, e informes sobre temas que incluyen la seguridad cibernética, el uso cada vez mayor de datos relacionados con la salud y los referentes a vehículos autónomos.
¿La Argentina debería tener un embajador para relacionarse con los gigantes de la industria tecnológica?
Si.
Las ventajas de tener un diplomático de estas características están dadas “por la necesidad de conocer y estar en permanente contacto con los retos que la innovación y el cambio tecnológico nos plantea, los cuales no sólo tienen que ver con lo tecnológico, sino también con todo aquello vinculado a lo político, lo legal y, desde ya, lo económico por lo que estas grandes compañías generan. De hecho, no podemos desconocer la presión que los gigantes tecnológicos ejercen sobre los gobiernos, la seguridad y la protección de la información de las personas, ni el poder generador de empleo que poseen”-dijo Vior.